Pocos alimentos existen tan populares como las galletas, y muy pocos también tan antiguos. Y es que, ¿quién no recuerda una bolsa de galletas en la cocina cuando era pequeño? Parecen haber convivido siempre con nosotros…¡y no estamos tan desencaminados! Las galletas son consideradas uno de los primeros alimentos cocinados.
Concretamente fueron los nómadas, hace 10.000 años, los que las descubrieron por primera vez. Acostumbrados a consumir cereales sueltos, es decir, mojados en leche o agua, un día se dieron cuenta de que si sometían una pasta de cereales a una fuente de calor se convertía en una masa rígida y consistente que les permitía transportarla con facilidad. Ideal para su modo de vida, siempre en constante movimiento. Los arqueólogos Karl Koerper y Heidi Bournisse encontraron galletas de más de seis mil años envueltas y bien conservadas en unos yacimientos en Suiza.
Y respecto a su nombre, proviene de la palabra francesa ‘galette’. En Francia se utilizaba este término para referirse a una especie de crepe plano. Mientras que la palabra inglesa ‘biscuit’ proviene de Roma, donde un chef las llamó ‘Bis Coctum’ que significa cocido dos veces.
Poco a poco el producto fue evolucionando hasta lo que tenemos hoy en día, que aún sigue en constante adaptación y cambio 🙂