El tiempo es algo muy abstracto. Un segundo es un segundo, sí, pero la percepción cambia según muchos factores. Depende de cómo te sientas, de lo que hagas, de con quién lo hagas, etc. En el trabajo, tener hambre puede ser un factor determinante para que el tiempo pase más despacio.
Cómo evitar pasar hambre en el trabajo
Algunos trucos simples pueden hacer que la jornada de trabajo se te pase antes e, incluso, puedas ser más eficiente en tus horas de actividad al no estar pensando en comer. Lo primero y principal es haber desayunado bien. Nuestros surtidos de galletas con vitaminas y nutrientes esenciales pueden constituir una muy buena primera comida del día. Además, llevar fruta o un snack saludable como nuestras galletas con pack individual puede facilitarte la labor de saciar el apetito en un momento puntual durante la jornada.
También, beber mucha agua para regular los niveles de hidratación, o hacerse una infusión a media mañana puede resultar clave. Por último, si comemos algo como lo que recomendábamos anteriormente, mejor hacerlo durante un descanso y no en la misma pantalla del ordenador para no perder la percepción de lo que estamos comiendo.
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