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La diversión continuó por la tarde con juegos de Mus y Parchís. La competencia era feroz y, aunque hubo debates sobre las reglas al principio, finalmente todos llegamos a un acuerdo. Fue sorprendente ver cómo algunos jugadores, a pesar de tener desafíos en el juego, lograron ganar en el último momento (guiño a nuestro compañero Michel).

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